....Por otra parte, la burguesía como clase social era heterogénea. Los propietarios de las empresas industriales y mineras constituían el sector más poderoso y, muchas veces, eran quienes tenían el poder político gracias al sufragio censitario. Los trabajadores por cuenta propia, profesionales, dependientes del Estado y pequeños comerciantes e industriales formaban las clases medias.
En los barrios burgueses se incorporó el alumbrado público y las casasya contaban a fines del siglo XIX con agua potable y luz eléctrica.
Por lo general, las familias burguesas elegían tener pocos hijos. Los niños accedían a la educación, aunque eran notorias las diferencias entre varones y niñas. Éstas permanecían al cuidado de las madres y educadas por institutrices. No era habitual que las mujeres burguesas hicieran estudios
universitarios, trabajaran y, como hemos visto, tampoco podían votar.
“Nosotros, querido hijo, siempre hemos conocido el trabajo. Nuestros abuelos siempre estuvieron en los negocios. Nuestro padre ha trabajado y yo mismo trabajo mucho…Trabajo con mucha energía; por lo menos, tres veces por semana, estoy en la fábrica a la cinco de la mañana. (…) Toda la vida consiste en saber trabajar, durante largas horas y distraerse de tarde en tarde, y siempre de forma honorable.
Ayer domingo, cenamos en familia con tu tía. Nuestra reunión estuvo alegre.Pude ofrecer 200 bellos espárragos y 120 frutillas grandes que fueron bien apreciadas. (…)”
Alfred Motte, industrial textil de Francia. Citado por L. Bergeron, Los capitalistas en Francia.
Tomado de: Histoire 1°, Le Quincret, p. 26
La dueña de casa burguesa
“Ella es responsable del mantenimiento del hogar: del orden de la casa, de la ropa, de lo que se ha de comer; del cuidado de los hijos y su educación temprana, de la organización de las tardes familiares, de las recepciones mundanas. Una burguesa, aún de la burguesía media, tiene su salón, su día, fastuoso o austero según sus posibilidades. Para una madre de familia que tiene hijas casaderas, es una obsesión.La dueña de casa reina (en principio) sobre los hijos, en particular sobre las hijas, y sobre la servidumbre. El personal doméstico constituye su mayor inquietud. (…)
Estas mujeres, reducidas al círculo estrecho de sus casas, desarrollan una verdadera mística femenina del trabajo doméstico y de la reproducción (…) Sus hijos deben colmarlas. Su labor, tejido o bordado, las pequeñas cosas de la vida cotidiana las ocupan y las justifican, pues el trabajo se volvió un valor indispensable para la utilidad social. Algunas se ocupan de obras, tienen sus pobres, ejercen la caridad y la filantropía.”
Michelle Perrot, Mi historia de las mujeres, pp. 147-148
"Una mujer puede hacer deliciosa la casa y con ello inclinar a su marido a mostrarse virtuoso y trabajador. Le concierne hacer reinar la calma en el espíritu de su marido. Impedir que se atormente. Cuando una falta de perfecto entendimiento viene a alterar la felicidad conyugal, la culpa recae generalmente en la mujer, pues a ella le corresponde sacrificarse... Todos sus actos deben inspirarse en un sentimiento de dependencia, la ley de su sexo la coloca en una necesaria subordinación y no debe olvidar jamás que, si quiere ejercer una influencia, jamás debe ser reivindicándola. Nuestras compañeras pueden, en este punto, ser comparadas con niños: cuanto más manifiestan la necesidad de estar bajo tutela, más gustan..."
J. Chastenet. La vida cotidiana al comienzo del reinado de Victoria 1837-1857,en Mira y otros, p. 95.
Material extraído de Pensar la Historia - 3er Año
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