lunes, 27 de junio de 2022

La Perestroika y la Nueva Mentalidad

 

"He escrito este libro con la fe en el sentido común de dichos ciudadanos. Estoy seguro de que ellos, al igual que nosotros y esto es lo principal, están preocupados por el destino de nuestro planeta. (...)

Perestroika no es un tratado científico ni un panfleto propagandístico, aunque las opiniones, conclusiones y enfoques analíticos que el lector hallará en el libro se basan, desde luego, en premisas teóricas y valores bien definidos. Más bien consiste en una colección de pensamientos y reflexiones acerca de la perestroika, de los problemas que tenemos planteados, de la envergadura de los cambios necesarios y de la complejidad, responsabilidad y singularidad de nuestra época (...) Gran parte de él se ocupa del nuevo pensamiento político y de la filosofía de nuestra política exterior. (...)
Actualmente, la perestroika se halla en el foco de la vida intelectual de nuestra sociedad, lo cual es lógico porque influye en el futuro de este país (...) También los de más países socialistas demuestran un natural y pronunciado interés en la reestructuración soviética. También ellos están atravesando un difícil pero sumamente importante período de búsqueda en su evolución, ideando y experimentando nuevas formas de acelerar el desarrollo económico y social. El éxito de estos intentos dependen en gran medida de nuestra interacción, de nuestras preocupaciones y empresas conjuntas (...)
No cabe duda de que la Unión Soviética está viviendo un período crucial. El Partido Comunista realizó un análisis crítico de la situación a la que se había llegado a mediados de los años ochenta y formuló la política de la perestroika o reestructuración, una política tendente a acelerar el desarrollo económico y social del país y a re novar todas las esferas de la vida. El pueblo soviético comprende y acepta esta política: la perestroika ha vivificado el conjunto de la sociedad (...).
En Estados Unidos, como en todo Occidente, existen diferentes interpretaciones de la perestroika. Por ejemplo, se ha dicho que es una medida impuesta por la desastrosa situación de la economía soviética y que implica un desencanto del socialismo y una crisis de sus ideales y últimos objetivos. Nada más lejos de la verdad que este tipo de interpretaciones, sean cuales fueran los motivos de quienes las mantienen.
Desde luego, la perestroika se ha visto considerablemente estimulada por nuestra insatisfacción con el modo en que han ido las cosas en nuestro país en épocas recientes. Pero el más importante de los elementos que la han inspirado ha sido la comprensión de que no se estaba utilizando plenamente todo el potencial del socialismo. Ahora, en el septuagésimo aniversario de la nuestra Revolución, nos damos cuenta de ello con especial claridad (...)
Quiero advertir desde el primer momento que la perestroika ha resultado más di fícil de lo que imaginábamos en un principio. Hemos tenido que modificar muchas de nuestras evaluaciones. Aun así, con cada paso adelante nos sentimos más convencidos de que estamos en el buen camino y hacemos las cosas correctamente.
Hay quien afirma que han sido los ambiciosos objetivos fijados por la perestroika en nuestro país los que han motivado las propuestas de paz que hemos presentado recientemente en los foros internacionales. Tal interpretación es demasiado simple. Es un hecho bien sabido que la Unión Soviética trabaja desde hace mucho tiempo por la paz y la cooperación, y ha presentado muchas propuestas que, de haber sido aceptadas, habrían normalizado la situación internacional (...)
Nuestra nueva forma de pensar, sin embargo, va aún más lejos. El mundo está viviendo una atmósfera no sólo de peligro nuclear, sino también de grandes problemas sociales sin resolver, de nuevas tensiones provocados por la revolución científico-tecnológica y la agudización de los problemas globales. (...). La acumulación de armamentos, particularmente los nucleares, hacen cada vez más probable que estalle una guerra mundial por accidente, casualmente, ya sea por un fallo técnico o por causa psíquica. En tal caso serían víctimas todos los seres vivos de la Tierra (...)
En una palabra, nosotros, en la dirección soviética, hemos llegado a la conclusión y no nos cansaremos de repetirla, de que es indispensable un nuevo pensamiento político. (...)
¿Cuál es el alcance del nuevo pensamiento político? En realidad, este abarca toda la problemática principal de nuestra época (...)
La política tiene que basarse en realidades. Y la verdad más impresionante del mundo de hoy consiste en la concentración de un colosal arsenal militar, incluido el nuclear, en manos de Estados Unido y de la Unión Soviética. Esto impone a nuestros países una especial responsabilidad ante todo el mundo. Impulsados por esta conciencia, nos esforzamos sinceramente, por sanear las relaciones soviético-norteamericanas, y deseamos alcanzar aunque sea el mínimo de comprensión mutua indispensable para resolver los asuntos de los cuales dependen los destinos del mundo.
Decimos sinceramente que son inaceptables las aspiraciones hegemonistas y las pretensiones globalistas (...)
No tenemos ninguna mala intención hacia el pueblo norteamericano. Queremos y estamos dispuestos a colaborar en todos los ámbitos. Pero la colaboración debe basarse en la igualdad, la compresión y en el avance mutuos.
En ocasiones no sólo nos defrauda, sino que también nos lleva a serias meditaciones el que nuestro país sea percibido en Estados Unidos como un agresor, como «el imperio del mal» (...).
El tiempo corre y podemos perderlo. Hay que actuar. La situación no permite esperar el momento ideal: el diálogo amplio y constructivo es necesario hoy (...).
Estamos lejos de pensar que sólo nuestro enfoque es el veraz. No tenemos recetas universales, pero estamos dispuestos a buscar, franca y honestamente, junto con Estados Unidos y los demás países, las respuestas a todas las interrogantes, aún las más difíciles."

Gorbachov
La Perestroika y la Nueva Mentalidad 
1988

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domingo, 19 de junio de 2022

La Distensión 1962-1975

Tras asomarse "al borde del abismo" nuclear en Cuba, Kennedy y Jruschov decidieron iniciar de forma más sistemática y duradera una nueva política de distensión. Se abría así un nuevo período de la guerra fría en el que los acuerdos entre las superpotencias no impidieron graves conflictos como el de Vietnam o el Oriente Próximo.



Dos factores explican la nueva actitud de la URSS y EEUU. Por un lado, la crisis de los misiles en Cuba en 1962 hizo tomar conciencia a Moscú y Washington del peligro real de un holocausto nuclear; por otro lado, ambas superpotencias vieron crecer la contestación interna en sus respectivos bloques. La URSS, debilitada por el conflicto chino-soviético, tuvo que hacer frente, entre otros conflictos, a la Primavera de Praga en Checoslovaquia. EEUU vio como la Comunidad Económica Europea y Japón se consolidaban como potencias económicas y como en el seno de la OTAN surgía la disidencia con la Francia de De Gaulle.
 

3.1. Los acuerdos Este-Oeste

La distensión no paralizó la carrera armamentística entre las superpotencias. Ambas siguieron acumulando misiles nucleares capaces de destruir el planeta.

Tras diversas alternativas, los expertos coincidían en 1971 en que se había llegada a una situación de paridad nuclear. En el vocabulario de los militares, no podía haber vencedores en el caso de una guerra nuclear. La “destrucción mutua asegurada” era cierta y evidente.

En esta situación, los sucesores de Kennedy y Jruschov continuaron la política de distensión. Los presidentes norteamericanos, el demócrata Johnson, que había sucedido a Kennedy tras su asesinato en 1963, y el republicano Nixon, y el líder soviético Leonid Breznev, que había relevado a Jruschov en 1964, trataron de aminorar la tensión internacional. Para conseguir este objetivo, se entablaron negociaciones para limitar la carrera armamentística. Estas negociaciones tuvieron resultados parciales pero significativos:

  • En 1968, EEUU, la URSS y el Reino Unido firmaron el Tratado de No Proliferación de Armas Atómicas, tratado al que no se unieron las otras dos potencias nucleares, China y Francia.

  • En 1972 se firmó del Acuerdo SALT I por el que se limitó el número de misiles intercontinentales que podía poseer la URSS y los EEUU.

miércoles, 15 de junio de 2022

Crisis de los misiles en Cuba

 Después de la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos enfocaron su atención hacia América Latina en donde históricamente han impuesto su hegemonía política y económica en nombre de la libertad, la democracia y la cooperación económica de los pueblos para el bienestar y la prosperidad comunes. Muestra de la política exterior estadounidense en América Latina son las acciones o golpes militares promovidos por la Central Intelligence Agency (Agencia Central de Inteligencia, CIA) para derrocar a los gobiernos con tendencias nacionalistas o izquierdistas.

La revolución cubana liderada por Fidel Castro y Ernesto “Che” Guevara había derrocado al régimen dictatorial de Fulgencio Batista que contaba con el respaldo de los Estados Unidos en tanto preservaba como fiel guardián sus privilegios e inversiones económicas en la isla (1959). Al lesionarse los intereses económicos estadounidenses con las medidas nacionalizadoras y la declaratoria abierta de que el gobierno implantado en Cuba era antiimperialista y antiyanqui, reafirmando así su tendencia marxista-leninista, el rompimiento cubano-estadounidense y la aplicación del bloqueo económico por parte del gobierno de Dwight D. Eisenhower.
Para los Estados Unidos era intolerable la existencia en América de un régimen que evolucionaba rápidamente hacia el comunismo, ya que constituía una amenaza en la región no sólo como difusor de los ideales de la revolución proletaria, sino también por su iniciativa de tejer los lazos de unidad de un latinoamericanismo que desafiaba su predominio imperialista y su política intervencionista. Con el ascenso del demócrata John F. Kennedy se lleva a cabo el plan ideado previamente por la CIA de invadir Cuba.
Los disidentes o contrarrevolucionarios cubanos exiliados en los Estados Unidos habían recibido entrenamiento militar, y se preveía el apoyo naval y aéreo para garantizar el éxito de su empresa. La invasión, con el propósito de derribar al régimen de Fidel Castro, se lanzó a mediados de abril, eligiendo como punto de desembarco Playa Girón, en Bahía de Cochinos (1961).
Invasión anticastrista en Playa Girón, abril de 1961
Invasión anticastrista en Playa Girón, abril de 1961
La expedición derivó en un fracaso total. La asistencia de la aviación y el suministro de la artillería naval estadounidense nunca llegaron, ni tampoco hubo alzamientos populares en la isla como se pronosticaba, sino que los cubanos movidos por un fervor nacionalista apoyaron a su gobierno. En menos de 48 horas los invasores fueron derrotados y la figura de Castro se acrecentó reafirmándose en el poder.
Fracaso de los contrarrevolucionarios financiados por Estados Unidos
Fracaso de los contrarrevolucionarios financiados por Estados Unidos
Fueron las agresiones continuas y la posibilidad latente de una nueva invasión a gran escala directa o patrocinada por los Estados Unidos, lo que orilló al gobierno castrista a acercarse a la URSS para negociar una serie de acuerdos económicos y militares. Los gobiernos soviético y cubano celebraron un acuerdo secreto para el establecimiento de cuarenta misiles en Cuba, y la llegada de unos 40 mil soldados soviéticos y más de 10 mil civiles para encargarse de la instrucción militar y de asesoría técnica.
La “Crisis de los misiles” o la “Crisis de octubre” como se le conoce en Estados Unidos y en Cuba respectivamente, tuvo lugar entre el 14 y el 28 de octubre de 1962. Aviones de reconocimiento U-2 de la fuerza aérea estadounidense fotografiaron rampas de lanzamiento y misiles a medio instalar en Cuba con alcance de 3 mil kilómetros con gran poder de destrucción que tomó por sorpresa al gobierno de los Estados Unidos. Kennedy denunció la presencia de misiles y advirtió que todo ataque desde la isla sería respondido como si fuera un ataque soviético, y con el fin de impedir la entrada de más armamento se desplegó el bloqueo marítimo a Cuba a través del patrullaje de navíos estadounidenses al mismo tiempo que se exigía de manera enérgica el retiro de los misiles.
Proyecto de instalación de misiles soviéticos en Cuba, 1962
Proyecto de instalación de misiles soviéticos en Cuba, 1962
Esta coyuntura permitiría a la Unión Soviética colocar a los Estados Unidos en posición de jaque para forzarlo a dar una solución a la situación de Berlín que constituía un epicentro de tensión tras la construcción del muro, y a presionar una negociación referente a la instalación de misiles estadounidenses en Turquía.
El estado de tensión alcanzó su máximo nivel cuando barcos soviéticos, algunos escoltados por submarinos, se acercaban a la línea de bloqueo. El Pentágono (Departamento de Defensa de los Estados Unidos) puso a sus tropas en un estado de DEFCON2, que es el paso previo a la guerra general. Sin embargo, la mayoría de los 19 barcos soviéticos dieron la vuelta y los otros vararon alejados de la línea de bloqueo.
La amenaza de los misiles en Cuba, 1962
La amenaza de los misiles en Cuba, 1962
Instalación de misiles en el mundo en el escenario de la Guerra Fría
Instalación de misiles en el mundo en el escenario de la Guerra Fría
Nikita Kruschev y John F. Kennedy, diálogo para solucionar la crisis de los misiles
La postura firme del gobierno estadounidense obliga al máximo dirigente de la URSS, Nikita Kruschev, a ordenar el retiro de las embarcaciones soviéticas. Y aunque esto pareciera un fracaso y una intimidación para la URSS, lo cierto es que sus objetivos de conminar a un diálogo para llegar a acuerdos sobre aspectos que amenazaban sus áreas de influencia, y la propia seguridad territorial de la URSS se resolvieron satisfactoriamente: el retiro de los misiles de Cuba quedó condicionado al retiro de los misiles en Turquía por parte de los Estados Unidos, y a la promesa de que los estadounidenses no volverían a atacar Cuba.
Este episodio desarrollado en el contexto de la guerra fría es considerado como el incidente de máxima tensión y peligro en la historia de la humanidad ya que el mundo estuvo cerca del holocausto nuclear.
MATERIAL EXTRAIDO DE LA PAGINA:
https://portalacademico.cch.unam.mx/sites/default/files/hu2u3oa03p08e04.jp

lunes, 13 de junio de 2022

Opiniones divididas sobre Stalin en Rusia, a 30 años de la disolución de...

FRANCE 24 ESPAÑOL

euronews (en Español)
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  1. Mira los videos de la prensa internacional y anota las ideas principales de cada uno de ellos.
  2. Realiza un análisis comparativo de los mismos y saca conclusiones.-

sábado, 11 de junio de 2022

PERIODO STALINISTA Y LA DESESTALINIZACIÓN




MODERNIZACIÓN Y DICTADURA
A partir de 1928, Stalin puso a Rusia en el camino de la modernización socialista, preludio de la instauración del poder absoluto. Esto significó la adopción de una economía regulada, la colectivización del campo y la industrialización en etapas forzadas a través del plan quinquenal. En el año del gran viraje, publicado en Pravda -el órgano de prensa oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética- el 3 de noviembre de 1929, Stalin se complacía en anunciar: "Marchamos a toda máquina por el camino de la industrialización, del socialismo, dejando atrás nuestro atraso secular”. Mil quinientas industrias surgieron de la nada y cambiaron la faz de las ciudades, regiones industriales enteras surgieron donde antes sólo había estepa. La URSS se convertiría en pocos años en el segundo país industrial del mundo, lo que permitió a Stalin dedicarse a estabilizar su poder y convertirse en el dictador en solitario de la Unión Soviética.

Refractario a cualquier forma de oposición y debate interno, Stalin consideraba que cualquier opinión distinta a la suya era un ultraje intolerable. De 1934 a 1937 (el periodo del "gran terror" de Stalin) toda la sociedad estuvo sometida a un estricto control policial. La represión de la disidencia política fue confiada a la GPU-NKVD, una fuerza policial cuya tarea era identificar a los llamados "enemigos del pueblo" (militares, líderes del partido, intelectuales y gente común) que eran deportados y obligados a servir como trabajadores serviles en los campos de la administración estatal en los lagers (gulags). A esto se añadió un eficaz aparato de adoctrinamiento basado en el miedo. Había muchos que odiaban a Stalin, por lo que él mismo consideraba necesario para la legitimación del poder la construcción de una imagen sobrehumana. Según Pravda (1 de enero de 1937), Stalin es el gran timonel que guía el barco soviético que, bien equipado y armado, "ciertamente no teme a las tormentas. Sigue su propio curso. Su casco fue hecho por su ingenioso constructor para la lucha contra elementos hostiles en la época de las guerras y las revoluciones proletarias”.
Periódicos el día de la muerte de Stalin
Portadas de periódicos con la noticia de la muerte de Stalin. 6 de marzo de 1953.

Foto: Cordon Press
EL APOGEO Y EL FIN
Tras aislarse a lo largo de la década de 1930 y llegar a un entendimiento provisional con Francia y Gran Bretaña, la Unión Soviética firmó un pacto de no agresión con Alemania (Pacto Molotov-Ribbentrop) en agosto de 1939. Ante el ataque alemán de junio de 1941, todo el país se unió a su líder en la "Gran Guerra Patriótica". La batalla de Stalingrado (1942-1943) y aquella bandera roja de la victoria ondeada sobre el Reichstag en Berlín (mayo de 1945) dieron a la historia el mito de Stalin, el hombre que salvó a su pueblo de la barbarie nazi a pesar de los 27 millones de muertos, las 1.710 ciudades y los más de 70 mil pueblos destruidos. En la posguerra, Stalin -que había compartido la "mesa de los vencedores" en Teherán, Yalta y Potsdam con Churchill y Roosevelt- intentó consolidar el dominio soviético en Europa del Este a través del Cominform -Oficina de Información de los Partidos Comunistas-. En el frente interno, un "nuevo gran terror" hecho de purgas y deportaciones a los gulags (en 1947 se abrieron más de 80 gulags a lo largo de 1300 km de tundra) relegó definitivamente a la historia a uno de sus más brutales dictadores. La verdad sobre los crímenes de Stalin sería revelada entre el 24 y el 25 de febrero de 1956 en el XX Congreso del PCUS por un "informe secreto" de su sucesor Nikita Chruščëv y publicado unos meses después en Estados Unidos. Precisamente, la Unión Soviética inició entonces ese largo y tortuoso camino para sacudirse el engorroso y vergonzoso legado de su líder. "El estalinismo -dice un editorial de Le Monde del 7 de marzo de 1953- se reduce a esto: es una revolución sin romanticismo, conducida con una voluntad implacable, sin concesiones al sentimentalismo ni a la piedad, con el objetivo de imponer la felicidad a la humanidad".
Cuerpo de Joseph Stalin.jpg
Funeral de Estado, procesión fúnebre de Stalin, Plaza Roja, Moscú, 9 de marzo de 1953.

Foto: Cordon Press.
Parte de artículo publicado en página de
HISTORIA - NATIONAL GEOGRAPHIC
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miércoles, 8 de junio de 2022

CAZA DE BRUJAS EN ESTADOS UNIDOS (MACARTHISMO) -

“-Dice usted que no ha sido nunca comunista?

-Nunca. No he formado parte jamás de una organización política en mi vida.

-Usted pronunció un discurso en el que dijo «camaradas». ¿Qué quería usted dar a entender con eso?

-Exactamente eso. Busqué la palabra en el diccionario. Los comunistas no tienen su exclusiva” Charles Chaplin, Mi autobiografía (1964)

El término “caza de brujas”, utilizado de forma genérica para acusar a aquel gobierno que persigue a sus oponentes políticos en nombre de la seguridad nacional, tiene su origen en un episodio de la historia de Estados Unidos, cuando entre 1950 y 1954, en un contexto de guerra fría particularmente tenso (la Unión Soviética había experimentado con la bomba atómica, Mao llegaba al poder en China y comenzaba la guerra de Corea) y con la opinión pública exigiendo mano dura contra el bloque soviético, el senador por Wisconsin Joseph MacCarthy, bajo la excusa de proteger al estado, desencadenó un proceso de acusaciones, denuncias y listas negras contra personas sospechosas de ser comunistas y homosexuales, considerados subersivos por naturaleza…

Caza de brujas en Estados Unidos (macarthismo)

Todo comenzó el Día de Lincoln, cuando el 9 de febrero de 1950, durante un discurso en el Club de Mujeres Republicanas de Wheeling (Virginia), MacCarthy sacó una hoja de papel que según él contenía los nombres de 205 comunistas que trabajaban en el Departamento de Estado, lo que provocó una avalancha de atención de la prensa. Si hasta entonces era un personaje poco conocido, rápidamente se hizo muy popular entre los sectores más conservadores del país. Un mes después la prensa ya hablaba de “macarthismo” y sus oponentes de “caza de brujas”; entre sus blancos se encontraron los medios de comunicación, el gobierno, la administración pública o el mundo del cine.

Joseph Raymond McCarthy

Ante cualquier denuncia el Comité del Senado, que MacCarthy pasó a presidir, aplicaba la presunción de culpabilidad; era el acusado el que debía probar que no era comunista, ni simpatizante, ni espía para los soviéticos y quien reconocía su culpa, podía lavarla delatando a sus camaradas. Durante la era MacCarthy, miles de estadounidenses se convirtieron en objeto de agresivas investigaciones que incluyeron interceptación del correo y escuchas telefónicas. Perdieron su empleo, vieron sus carreras destruidas e incluso sufrieron encarcelamiento pero MacCarthy, dado a la bebida, no calculó sus fuerzas al tratar de investigar a las Fuerzas Armadas lo que unido a la acalorada defensa de la libertad de expresión del periodista Edward Murrow desde su programa de televisión, donde llamó a no confundir el disenso con la deslealtad al país, y una serie de audiencias televisadas que permitieron al público conocer sus cuestionables interrogatorios y tácticas, marcó un punto de inflexión en la campaña.

Los Diez de Hollywood

Finalmente MacCarthy fue expulsado del Comité del Senado en 1954 acusado de conducta impropia, y aunque continuó dos años como senador, sufrió el rechazo de sus propios colegas. Hospitalizado con problemas de alcholismo crónico, murió con 48 años víctima de cirrosis y hepatitis al tiempo que comenzaba una lenta rehabilitación de los perjudicados: los veredictos fueron revocados, las leyes declaradas inconstitucionales y los despidos ilegales..[1]

[1] Joseph Raymond McCarthy (Grand Chute, Wisconsin, 14 de noviembre de 1908–2 de mayo de 1957) fue un senador republicano estadounidense por el estado de Wisconsin desde 1947 a 1957. Durante sus diez años en el senado, McCarthy y su equipo se hicieron famosos por sus investigaciones sobre personas en el gobierno de los Estados Unidos y otros sospechosos de ser agentes soviéticos o simpatizantes del comunismo infiltrados en la administración pública o el ejército. Permaneció como un personaje poco conocido hasta que en febrero de 1950 lanzó una acusación pública contra 205 supuestos comunistas infiltrados en el Departamento de Estado. Pese a que no pudo demostrarlo en ninguno de los casos que se trataron en el Comité del Senado para las Relaciones Internacionales, el ambiente propiciado por la guerra fría y la guerra de Corea le hicieron muy popular en los ambientes más conservadores de su país. En enero de 1953 y gracias a la mayoría republicana, obtuvo la presidencia de la Subcomisión Permanente de Investigaciones del Senado, donde se iniciaron las comparecencias de funcionarios de la administración. Aunque no participó en los trabajos de la Comisión de Actividades Antiamericanas, un organismo dependiente de la Cámara de Representantes y cuya actividad se remonta a finales de la década de 1940 y principios de los 50, sí fue su organizador y principal promotor.

>> extraído de: http://factoriahistorica.wordpress.com/2012/11/09/caza-de-brujas-en-estados-unidos-macarthismo/

Material publicado en la página de APHU

18 de noviembre de 2012