La estructura social estamental daba paso a una estructura de clases sociales, en la cual, la riqueza y el mérito fueron factores condicionantes del estatus de las personas. Además, se rompía con la rigidez estamental, debido a la movilidad social característica de la sociedad de clases. Así, la segunda mitad del siglo XIX, fue testigo de un profundo reordenamiento de las estructuras sociales y del desarrollo de identidades de pertenencia a los diferentes grupos sociales.
En este contexto surge el movimiento obrero, vale decir, la organización de los trabajadores industriales para la defensa de sus intereses. En un comienzo se crearon instituciones de apoyo mutuo, reivindicaciones horarias, salariales y de condiciones de trabajo, para dar paso, posteriormente, a movimientos políticos que ampliarían su esfera de acción y su representatividad.
Extraído del libro Primero Medio. Historia, Geografía y Ciencias Sociales