Factores para su desarrollo, en el plano nacional:
· caída en el valor de las
exportaciones, impide comprar (importar) más al exterior. Obligando
a una industrialización destinada a producir bienes de consumo (antes
importados a países desarrollados)
· mayor importancia que tomó el Estado
en asuntos económicos y sociales.
· aplicando medidas de intervencionismo
estatal con políticas redistributivas que mejoraron la situación de amplias
capas de población (fundamentalmente urbanas). Protección a los
sectores populares urbanos y rurales, invirtiendo en salud y educación pública.
· surgió un sentimiento de defensa del
interés nacional que planteó la necesidad de un desarrollo autónomo:
diversificación económica, crecimiento del mercado interno, estimulo a la
inversión y ahorro nacional.
Existencia de mano de obra disponible para la industria por la emigración del campo a la ciudad y el aumento demográfico. La fuerte urbanización de América Latina fue anterior al modelo ISI (INDUSTRIALIZACIÓN por SUSTITUCIÓN de IMPORTACIONES) y fue de manera desordenada, creándose asentamientos precarios (favelas, villas o cantegriles)
· las mejores condiciones sociales gestaron reclamos al sistema político tradicional que diera a los sectores populares una mayor participación.
Factores para su desarrollo, en plano mundial:
· la 2da Guerra Mundial le permite vender más y a mejor precio sus tradicionales productos de exportación, haciendo posible que acumulara excedentes que fueron invertidos en el sector industrial. Los lazos de dependencia se hicieron más laxos y se logró una mayor autonomía en la toma de decisiones hasta la finalización de la Guerra de Corea (1950-53)
URUGUAY FELIZ
Un cierto imaginario colectivo uruguayo parece existir una era de completa plenitud que abarca los gobiernos de J.J. Amezaga, Berreta, Luis Batlle y Martínez Trueba, todos del Partido Colorado. Es el periodo que algunos denominan neobatllismo, e incluye la instalación en 1952 del Consejo Nacional de Gobierno, un Poder Ejecutivo colegiado de 9 miembros, el proyecto que persiguió Batlle y Ordóñez (tío de Luis Batlle) a partir de 1913. La mitología sobre esa época generó una persistente nostalgia de un Uruguay feliz, una suerte de paraíso perdido cuando en las décadas venideras la democracia comenzó a derrumbarse. La denominación neobatllismo, la introdujo el historiador y político socialista Germán D´Elia para describir las décadas del 40 y parte del 50. “El termino es empleado por D´Elia en dos sentido diferenciados en su escritura: neo-batllista para designar un periodo de la historia del Uruguay (1946-1958); y neobatllista para denominar al “movimiento político orientado por Luis Batlle Berres” (Arias y Rodríguez. 2015)
“En un sentido amplio, con el nombre de “neo-batllismo” suele denominarse hoy la serie de caracterisiticas económicas, soicales, políticas e ideológicas que identifican el proceso histórico nacional entre 1946 y 1958. En sentido más restringido y preciso, la denominación alude a la labor desplegada desde el Estado, especialmente por el sector del Partido Colorado liderado por Luis Batlle Berres, para implementar un proyecto de país que, recogiendo la tradición reformista del batllismo, fue capaz de alcanzar ambiciosas metas de progreso económico y social, basándose en el desarrollo industrial y en el marco de una efectiva democracia política” (Barrán y otros. 2011)
El Partido Colorado resultó ganador de las elecciones
(1946) y se reafirmó el batllismo como principal fuerza y como su principal
opositor, al partido nacional con Herrera a la cabeza.
Hay que destacar que ambos partidos no eran un solo bloque compacto,
sino que dentro de sus filas existía fuertes oposiciones.
Dentro del partido colorado iba surgiendo como fuerte figura de un gran líder carismático capaz de interpretar los problemas del país,
Luis Batlle Berres
(1897-1964). Sin embargo, este fue resistido por otras figuras de la facción
batllista para que se presentara como candidato a intendente de Montevideo por
lo cual tuvo que conformarse con el cargo de vice presidente de la República.
Pera muerto Berreta el vicepresidente saltó a la popularidad.
El gobierno de Luis Batlle va estar signado por la confrontación entre el extremo conservadurismo de los Batlle Pacheco y la tendencia renovadora y "populista" del Presidente.
Este periodo se abrió a partir del año 1946 y se va a caracterizar por la consolidación del sistema democrático representativo, auge económico originando un optimismo colectivo conocido a través del eslogan "como el Uruguay no hay”.
Precisamente esta noción de "país de excepción", se
afirmará a través de la concreción de las libertades, la democracia, el orden,
la paz social, y el ejercicio ciudadano de una vida colectiva. El imaginario
colectivo interpretará al Uruguay como "un pequeño gran país",
"un oasis de libertad, justicia y paz".
El Neobatllismo concibió como estrategia aceptar
el proceso revolucionario incorporándose a él, siempre
desde el orden y el camino de la no violencia. En este sentido, reconoce que la
humanidad vive tiempos de revolución social y política; una revolución que
pretende continuar el tránsito desde el liberalismo a la socialización,
encauzada por la llamada "vía normal", es decir, a través de la ley,
la democracia y la libertad.
Socialización, es entendida bajo el supuesto de justicia (ante los
beneficios del progreso y la riqueza) atendiendo a los reclamos populares, pero
siempre controlando las inquietudes de los mismos.
El neobatllismo pone el acento en la democracia y la libertad,
entendiendo que ésta última solo se logra a través de la primera, y es
completada a través de una serie preocupación de justicia social, en el mismo
sentido que Batlle y Ordóñez expresaba: "que los pobres sean menos pobres,
aunque los ricos tengan que ser ricos".
Es en este sentido que el neobatllismo busca el bienestar de todos los integrantes de la nación, superando los aspectos negativos del capitalismo, sin llegar a condenar el sistema.
Fue un período de desarrollo del llamado neo-batllismo y del modelo de crecimiento basado en la industrialización por sustitución de importaciones. Experiencia que en una primera etapa mejoró las condiciones de vida de algunos sectores asalariados y fue acompañada por la ampliación de la organización sindical. El Uruguay de la posguerra, casi todos los estudiosos que han incursionado en el período 1945-1955 coinciden en señalar que fue la etapa en que se cumplió el desarrollo industrial más importante en el país en el contexto de una economía de “crecimiento hacia afuera”. Otros autores han caracterizado esta etapa como “edad de oro”, o “etapa de crecimiento acelerado”. Otros académicos han hablado del “Uruguay feliz”, que decir popular caracterizó como de “las vacas gordas”, y que se tradujo en la expresión “como el Uruguay no hay”. Ninguna de estas calificaciones, como tampoco la tan mentada prosperidad de la década, puede aceptarse sin un análisis crítico.
Todo el material anterior fue subido en la web por otro profesor de Historia
Realiza una lectura analítica del texto anterior y anota en el cuaderno de clase las principales ideas.