Durante la era de posguerra, la sociedad occidental presenció un cambio notoriamente veloz.
Productos de nuevas tecnologías —como las computadoras, los televisores, los jets, los dispositivos anticonceptivos y las nuevas técnica quirúrgicas— alteraron de manera drástica y rápida el ritmo y la naturaleza de la vida humana.
Los apresurados cambios de la sociedad de la posguerra, fomentados por los avances científicos y el raudo crecimiento económico, hicieron que varias personas pensaran que era una nueva sociedad.
Llamada por algunos sociedad tecnocrática y por otros sociedad de consumo, la sociedad occidental de posguerra se caracterizó por una cambiante estructura social y nuevos movimientos hacia el cambio.
► EL ESTILO DE VIDA NORTEAMERICANO:
Como consecuencia de la implantación del llamado Estado de bienestar, a partir de fines de la Segunda Guerra Mundial, importantes sectores sociales de los países industrializados aumentaron, considerablemente, el poder adquisitivo.
Para mantener esa situación de mejoramiento salarial y de cobertura social, era necesario acrecentar la producción y, en forma paralela, el consumo para que se pudiera absorber todo lo fabricado.
Así aumentarían las ganancias de los industriales que, a su vez, dispondrían de más capitales para seguir mejorando la capacidad adquisitiva de las clases medias y bajas, formando un círculo en el cual todos los elementos debían conservar el equilibrio.
Todo esto se hizo posible gracias a los adelantos tecnológicos.
El mejoramiento salarial se dio a partir de las negociaciones entre los sindicatos y las organizaciones patronales, y asegurando las mayores ganancias a los empresarios.
Para sostener este nivel de vida, era necesario aumentar el consumo, aun de productos superfluos que comenzaron a ser publicitados como imprescindibles.
A fin de lograr ese objetivo, fue creado en los Estados Unidos un nuevo estilo de vida, que comenzó a difundirse como el american way of life (estilo de vida americano).
Para ello, se utilizaron dos elementos: la publicidad y la disminución de la calidad de los productos, con el fin de que tuvieran menor vida útil y por lo tanto, fuera necesario reponerlos más rápidamente.
Esta nueva forma de vida se basaba en el consumo de todo tipo de artículos, como uno de los principales caminos para la realización individual de los seres humanos.
Se dejaban en segundo plano muchos de los valores culturales sostenidos hasta entonces, como el crecimiento intelectual y espiritual.
Las características de ese estilo fueron —además del consumismo— la exageración, la ostentación de la riqueza y la grandiosidad, reflejadas en todos los órdenes.
La industria automotriz norteamericana, por ejemplo, se diferenció de las demás por el enorme tamaño de sus vehículos y por su mayor potencia.
Los automóviles Impala, inmensos en tamaño, se convirtieron en el símbolo de la riqueza de los años 60.
Se creó, de este modo, una notoria influencia y hasta dependencia cultural, pues el resto de los países estuvieron influidos por la moda y las preferencias norteamericanas, más allá de sus propias tradiciones o idiomas.
Además del aumento del consumo, la prosperidad y el optimismo reinantes en Estados Unidos luego de la Segunda Guerra Mundial provocaron un importante crecimiento de la natalidad entre 1946 y 1964, conocido como baby boom. El fenómeno produjo un aumento de la población estadounidense de 78 millones de habitantes y se extendió a otros países desarrollados de Occidente.
► EL TURISMO:
La gente comenzó a vivir mejor y contaba con dinero para gastarlo, por lo que solicitaba mas tiempo libre, por lo que se dedujeron la cantidad de horas de trabajo diarias en una novena parte.
Los americanos ahora buscaban nuevas actividades deportivas, culturales y mucha recreación, cuyo objetivo mas destacado fue el turismo.
El turismo era una de las industrias de más rápido crecimiento en todo el mundo. En los diez años entre 1962 y 1972, el gasto en turismo se triplicó.(...)
►LA EXPLOSIÓN DE LA EDUCACIÓN
Es posible considerar la creciente provisión de educación como otra manera en que las personas utilizaron la creciente cantidad de bienes y servicios que ahora estaban a su disposición.
La educación puede considerarse como algo valioso por sí mismo, así como un medio para aumentar la productividad de la mano de obra a largo plazo.
En el boom de la posguerra, se produjo una verdadera explosión en el número de personas que acudían a las universidades u otros institutos de educación superior.
Estados Unidos llevaba la delantera en este aspecto, gastando una proporción de la renta nacional per capita superior a la de otros países para la educación, y conservando esta delantera incluso cuando el resto del mundo occidental avanzó.
Este énfasis en la educación se ha considerado como una alternativa a la provisión de otros servicios sociales, para los cuales Estados Unidos estaba rezagado, quizás como reflejo de la preferencia estadounidense por la autoayuda individual frente a la asistencia social.
En el año 1960, Estados Unidos gastó un 5,3 por ciento de su renta nacional en educación, comparado con el 5 por ciento en Suecia y el 4,7 por ciento en Holanda; la mayor parte del resto de Europa, así como Japón, gastaba entre el 4,5 y el 3,5 por ciento. En los siguientes años, la proporción de alumnos de escuelas secundarias entre los jóvenes con edades comprendidas entre los 10 y los 19 años en 13 países desarrollados del Oeste y Norte de Europa aumentó enormemente, la proporción de los estudiantes a nivel universitario con edades comprendidas entre los 20 y los 24 años casi se duplicó.
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