LA BIPOLARIDAD Y EL HUNDIMIENTO DE EUROPA
El mundo que emergió de la Segunda Guerra Mundial estaba profundamente
dividido en dos campos, que fueron intensificando sus diferencias como
consecuencia del antagonismo en sus estructuras económico-sociales.
El antiguo sistema de equilibró multilateral, cuyo centro era Europa,
había sido sustituido por un sistema bilateral de dos superpotencias
extraeuropeas: Estados Unidos y la Unión Soviética.
Ellas superaron en poderío económico, militar, científico y técnico a
las demás naciones del planeta estableciendo una bipolaridad que permite
explicar, en buena medida, la marcha de los acontecimientos mundiales hasta
1990.
Las potencias occidentales de Europa, debilitadas por la Primera Guerra
y los sucesos de entreguerras, recibieron, con la Segunda Guerra, el golpe de
gracia que la desplazó del lugar de privilegio que monopolizaban desde hacía un
cuarto de siglo,
En el marco de esta realidad, el espacio europeo quedó dividido en dos:
el occidental y el oriental.
Se denominó Europa Occidental al conjunto de países que, concluida la
Segunda Guerra, no se integraron al socialismo. Por lo tanto, el término
“occidental” está más cargado de sentido ideológico que de rigor geográfico.
El bloque de Europa Oriental, por su parte, lo constituyó el espacio
ocupado por las naciones que se volcaron, voluntariamente o por la fuerza, al
socialismo soviético.
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