sábado, 26 de agosto de 2017

José Pedro Varela: el reformador


Plaza Varela
   Br. Artigas esquina Av. Brasil 

José Pedro Varela nació en Montevideo un 19 de marzo de 1845. Sus padres fueron Don Jacobo Dionisio Varela y Doña Benita Berro, quienes lo bautizaron como Pedro José en la parroquia de San Francisco.
Concurrió a una escuela de niñas hasta los 8 años (lo cual era común), y luego asistió al Colegio de los Padres Escolapios, pero el propio Varela dejaría documentado después en sus escritos que, en esos tiempos, no era mucha la instrucción que podía adquirirse en el país. Por eso, su esfuerzo por la autoformación cultural resulta admirable. José Pedro tenía un marcado interés por la literatura, y en sus ratos libres, gustaba mucho de leer y escribir.
Cuando tenía 15 años dejó la educación formal y se dedicó a trabajar en una barraca de madera y hierro junto a su padre. Sin embargo, esta actividad comercial -que realizaba únicamente por tratarse de la empresa familiar- no le apasionaba tanto como las letras. De hecho, sus deberes en el comercio no le impidieron colaborar activamente -como escritor y periodista- en algunas publicaciones de la época. Poemas de su autoría y otros trabajos figuraron en revistas como El Iris, La Revista Literaria (un periódico literario) y el diario El Siglo.
En 1867, Varela emprendió un viaje hacia Europa y Estados Unidos con el fin de pasear y conocer mundo. También iba a aprender muchas cosas. En los países que visitó, él observó y estudió otras realidades, la forma de pensar de otras personas, y vio cómo estaba organizada la educación en otros lugares.
Muchos estudiosos de la biografía de Varela afirman que lo más importante de ese viaje fue el encuentro en Estados Unidos con el reformador escolar argentino Domingo Faustino Sarmiento, quien lo orientó en las más modernas técnicas educativas de la época.
A su regreso, y renovado con conocimientos de avanzada, Varela fundó la "Sociedad de Amigos de la Educación Popular" (en 1868) y se puso a trabajar con claridad y entusiasmo en las ideas recogidas en el viaje, con miras a aplicarlas en la realidad educativa nacional. Estaba convencido de que, para resolver los difíciles problemas que atravesaba la sociedad, era imprescindible difundir la educación a todas las clases sociales, y que lo primero era asegurar lo básico: que todos los ciudadanos supieran leer y escribir.

En 1873, Varela se casó con Adela Acevedo, con quien tuvo dos hijos. Durante el gobierno de Lorenzo Latorre, fue convocado para organizar la instrucción pública escolar en todo el país. Para entonces, José Pedro ya había publicado "La Educación del Pueblo" en 1874 y "La Legislación Escolar" en 1876, obras en las cuales reúne los principios fundamentales de su pensamiento y su acción sobre la educación. En agosto de 1877, el Decreto-Ley de Educación Común recogería muchos de esos principios.
Varela ocupó ese mismo año el cargo de Inspector Nacional, al frente de la Dirección Nacional de Instrucción Pública, encargada de nombrar maestros y formarlos. También se crearía una Escuela Normal para la formación docente.
Desde allí se proclamaron los principios básicos de la escuela uruguaya: OBLIGATORIEDAD, GRATUIDAD y LAICIDAD, aún vigentes hoy, lo cual no implicaba que en los colegios no se pudiera seguir impartiendo formación religiosa.
José Pedro Varela murió en octubre de 1879, cuando sólo tenía 34 años. Su hermano Jacobo Varela se encargó de continuar con su obra educativa.
La reforma Vareliana
La Reforma de la educación llevada a cabo por Varela nos habla de un compromiso muy grande de José Pedro con la realidad que le tocó vivir. Él deseaba con ansia contribuir a solucionar la problemática social y política del país, en una época convulsionada y crítica a todo nivel.
La idea-guía sobre la cual se basa la Reforma es que la educación (entendida como un proceso continuo que se recorre a lo largo de la vida) es una de las fuerzas más eficaces para promover el cambio, porque toma al niño casi al nacer y lo guía hasta ya adulto, elevando su nivel intelectual, reformando hábitos inadecuados e iluminando su mente.
Los tres grandes principios que proponía Varela en un Proyecto presentado por él, y que fueran recogidos por el Decreto-Ley de Educación Común del 24/8/1877 son: la OBLIGATORIEDAD (todos los niños y niñas deben concurrir a la escuela), la GRATUIDAD (la escuela pública es gratuita, es decir, paga por el Estado en todos sus grados), y LAICIDAD (la enseñanza de una religión queda reservada a los ámbitos de la familia y las instituciones religiosas en las escuelas del Estado).
Como una visita interesante, se puede actualmente visitar el Museo Pedagógico (en Plaza Cagancha 1175, en Montevideo), donde se exponen objetos que se utilizaban en las escuelas en la época de la Reforma Vareliana. Se encuentran allí desde útiles escolares, material didáctico, libros de texto, hasta mobiliario escolar. ¡Vale la pena!
Otras ideas medulares del pensamiento de Varela
la preocupación por el niño
• la limitación del horario de clases, para protegerlo del cansancio
• la exigencia de vacunación
• la no admisión de niños con enfermedades de carácter contagioso
respecto a los padres
• responsabilidad concreta por todo daño material que causaran a los bienes materiales de la escuela los niños a su cargo
• sanciones económicas para quienes negaran su deber de educar
en cuanto al maestro
• exigencia estricta del título para poder percibir sueldo del Estado como docente
en cuanto a la extensión de la educación
• fundación de jardines de infantes para niños de 5 a 7 años
• funcionamiento de clases nocturnas para adultos

Por Cecilia González / Maestra