Cometa
Una cometa es una máquina voladora formada por una estructura plana o
tridimensional construida de un material muy ligero y recubierta de una vela.
El conjunto se amarra a uno o varios hilos y, al ser soltado, se mantiene en el
aire por la acción del viento.
La cometa, junto con los globos, es el aparato volador más simple que
existe. A diferencia de los aerostatos ,la cometa es un aerodino, es decir, que
es una máquina voladora más pesada que el aire.
Partes de
una cometa.
En una cometa se pueden diferenciar las siguientes partes: armazón o
estructura, revestimiento o vela, amarre (hilo y brida) y elementos
estabilizadores o cola.
Las cometas vuelan en virtud del mismo principio que se produce en el
ala de un avión. Una superficie plana expuesta en una corriente de aire bajo un
ángulo determinado hace que el aire se desvíe hacia abajo, lo cual hace que el
viento por la parte inferior de la cometa sea frenado, generándose una
depresión en la parte superior del plano. En consecuencia, aparece una fuerza
aerodinámica (F) que se descompone en una componente horizontal o resistencia
del aire (A) y en una fuerza de sustentación (S), que es la que eleva a la
cometa venciendo el peso (P). La cometa vuela en equilibrio, cuando la tensión
de la cuerda (T) compensa la resistencia del aire y el exceso de fuerza de
sustentación.
Como ocurre con cualquier objeto volador, las cometas tienen tres ejes
de rotación: cabeceo, balanceo y guiñada. Para que la cometa tenga un vuelo
estable es necesario el control de los tres ejes, impidiendo su giro respecto a
los mismos. Mediante el hilo y las bridas se consigue el control del cabeceo y
el balanceo. La guiñada se consigue mediante colas, quillas, agujeros o con los
paneles verticales en las cometas celulares.
Historia de
las cometas
Aunque su origen es incierto, se supone que las cometas nacieron en
China hace de más de 2.500 años. Hay varias leyendas acerca de su origen: un
sombrero de bambú de un campesino llevado por el viento, la vela de un navío o
tal vez la obra del filósofo Mo Ti, que construyó una cometa con forma de ave
que estuvo volando tres días como los pájaros.
Lo cierto es que volar cometas era un ejercicio de meditación para los
chinos. Pero, además de estos usos lúdicos o religiosos, las cometas fueron
utilizadas -como también lo harían en la Polinesia años más tarde- como arte de
pesca, atando un anzuelo con un cebo a una cometa que después se soltaba desde
una barca, teniendo cuidado de situar el artefacto a suficiente distancia de la
sombra que proyectaba el bote, para engañar a los peces.
Los chinos también encontraron aplicaciones militares a este objeto, que
podían ser desde hacer señales en el campo de batalla, a medir la distancia a
un campamento sitiado e, incluso, en algunas crónicas se habla de que hubo
hombres que volaron en estos objetos sobre ciudades sitiadas.
La cometa se extiende desde China por toda su área de influencia; así,
aparece en países del sudoeste asiático como Corea, el archipiélago Malayo,
Indonesia y Birmania, y también en Japón y la India. Se desconoce cuándo tuvo
lugar esta expansión, pero si es probable que tuviera lugar en un corto espacio
de tiempo, ya que la cometa pronto empieza a ser difundida por la Polinesia,
llegando a ser conocida en lugares tan al este como la isla de Pascua. De igual
forma, a través de la India, se extiende hacia el oeste hasta la península
arábiga y el norte de África.
En Europa la cometa se conoció antes del siglo XVI por tres vías: las
invasiones mongolas, las rutas comerciales por el Cabo de Buena Esperanza y los
contactos con el mundo árabe. La historia europea de la cometa empieza con los
llamados Dracos o catavientos en forma de dragón que se
empleaban como estandartes en los últimos días del Imperio Romano. Estos
objetos consistían en un saco cilíndrico de boca ancha que tenía la apariencia
de dragón u otro animal fantástico y que se llevaba atado en lo alto de un
mástil. Al llenarse de aire se hinchaba, ondeando al viento sobre los jinetes
en las batallas. Su fin era el de causar terror al enemigo en la batalla y
actuar como grímpola o gallardete que permitía a los arqueros conocer la
dirección del viento.
Ya en el siglo XIV aparece una descripción detallada de una cometa con
forma de dragón en varios documentos de la época, como el tratado de tecnología
militar Bellefortis (1405) de Conrad Kieser o en un manuscrito
de 1430 que se conserva en Viena. Pero es a finales del siglo XVII cuando la
cometa se hace enormemente popular en toda Europa, si bien circunscrita al
ámbito infantil, como pasatiempo o en espectáculos pirotécnico. Su potencial
científico no se reconoció hasta bien entrado el siglo XVIII, excepción hecha
de algunos experimentos no documentados que hizo Isaac Newton, referentes a los
aspectos geométricos de las formas de las cometas. Otro de los científicos que
experimentó con cometas fue Benjamin Franklin quien, un tormentoso día de junio
de 1752, se encontraba realizando ensayos con electricidad. Cuando elevó hacia
el cielo su famosa “cometa eléctrica” con una llave atada a la cuerda, comprobó
que se producían descargas eléctricas, lo cual le permitió demostrar la
naturaleza del rayo y, subsiguientemente, inventar el pararrayos.
A pesar de estos precedentes, las cometas no se emplearon de forma
regular para elevar instrumentos en observaciones meteorológicas hasta el siglo
XIX. De esta época datan los inventos de William A. Eddy (1891) y L. Hargrave
(1894), que supusieron una revolución en cuanto a su uso en el estudio de la
atmósfera. El primero fabricó una cometa de tipo convencional con el larguero
arqueado hasta formar un ángulo diedro, lo que le permitía volar sin cola; la
cometa del segundo era una estructura tridimensional consistente en dos cajas
conectadas entre sí con los extremos abiertos.
A finales de siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con el
desarrollo de la aviación, se inventaron sistemas con fines militares para
elevar observadores en el campo de batalla. Éstos consistían en trenes de
grandes cometas a los que se les colgaba una cesta, de la cometa o de su hilo,
para albergar al observador. Tuvieron más o menos éxito, pero al final
resultaron más eficaces los globos. El sistema que más posibilidades tuvo, adoptado
incluso por la Armada y ejército británico, fue el que empleaba la cometa
ideada por el pionero de la aviación Samuel Franklin Cody (1903), que estaba
formada por dos celdas dobles de Hargrave adosadas entre sí y provistas de alas
angulares.
En la primera década del siglo XX, Alexander Graham Bell experimentó con
cometas para desarrollar una máquina voladora que pudiera ser tripulada.
Construyó enormes cometas formadas por un gran número de celdas tetraédricas.
En 1907 construyó una de 3.393 celdas que, arrastrada con un barco de vapor, se
elevó 50 metros del nivel del suelo. Otras construcciones tetraédricas más
grandes, equipadas con motor, no dieron el resultado deseado, así que, en 1909,
prefirió dedicarse a otras actividades.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el ingeniero americano Francis Rogallo
desarrolló una cometa que abrió camino a la nueva forma conocida como semiflexible,
caracterizada porque adquiría su forma gracias a la combinación de la acción
del viento y un sistema de seis bridas. La NASA se interesó por la idea de
Rogallo, que pensaba emplear como paracaídas en la reentrada de cápsulas
espaciales. Los actuales planeadores de ala delta y las cometas acrobáticas de
dos hilos son dos consecuencias de estas investigaciones.
En el año 1963, el americano Domina C. Jalbert se inspiró en el ala de
su avión para el diseño de una cometa flexible (parafoil) que tenía
todas las ventajas de los principios aerodinámicos de las alas rígidas, pues la
cometa no necesitaba de ninguna varilla, y conseguía su forma y rigidez de
vuelo por medio de unas bolsas internas que se hinchaban con el viento, lo que
le daba una forma alar de gran estabilidad y una gran fuerza de sustentación.
Hoy en día la aparición de las cometas acrobáticas de dos, tres y cuatro
hilos y las cometas de tracción han dado popularidad a la misma, como deporte y
diversión.
Usos de las
cometas
Aparte de su uso como juguete y entretenimiento, las cometas han tenido,
entre otras, las siguientes aplicaciones a lo largo de su historia.
Las cometas
como arte de pesca
Desde China hasta las islas de la Polinesia, la cometa se ha utilizado
para pescar. Fabricada con hojas de plantas, se hace volar a una altura
considerable, desde la orilla de la playa o de una canoa. En la parte inferior
de la cometa cuelga un hilo distinto al que controla el vuelo, que desciende
hasta la superficie del agua, en cuyo extremo se ata el anzuelo.
Cometas de
salvamento marítimo
Una de las múltiples aplicaciones de las cometas durante el siglo XIX
fue la de salvamento marítimo. Puesto que la mayoría de los naufragios ocurrían
cerca de la costa, era factible emplear una cometa para tender un cabo entre el
barco y la costa y, así, rescatar a los náufragos.
Cometas
meteorológicas
También en el siglo XIX se emplearon regularmente cometas para elevar
instrumentos en observaciones meteorológicas. Usando cometas individuales o
formando trenes de hasta ocho cometas se logró alcanzar alturas de hasta 9740
metros. La aparición de los primeros aviones y la mejora de los globos sonda hicieron
que las cometas entraran en desuso. Se dejaron de utilizar en la década de los
años treinta del siglo XX.
Fotografía
aérea con cometas
Antes de la aparición de los aerostatos y los aviones se emplearon
cometas para realizar fotografías aéreas. El sistema era tan simple como colgar
en una cometa o en su hilo una cámara fotográfica, con un mecanismo remoto, que
disparaba la cámara mientras estaba en el aire.
Cometas y
radio
El 12 de diciembre de 1901, Guglielmo
Marconi usó una cometa para elevar una antena a una altura de 122 metros
en la primera transmisión de radio transatlántica desde Poldhu (Inglaterra) a
San Juan de Terranova. Durante la Segunda Guerra Mundial se empleó una cometa
del tipo caja rectangular como equipamiento de los botes salvavidas
de los aviones. Ésta se empleaba para tender un cable que se utilizaba como
antena de un radiotransmisor de socorro.
Cometas
militares
Las cometas se han empleado con fines militares desde épocas remotas en
China y Japón. Los estrategas encontraron un valioso elemento auxiliar en la
cometa, de la cual hicieron uso en la transmisión de señales de día y noche,
para medir distancias y, por supuesto, para la elevación de observadores
humanos, en clara competencia con los globos a finales del XIX. Los servicios
de aerostación militar de algunos países dispusieron de cometas en sus
equipamientos, dado que éstas son más fáciles de transportar y, bajo ciertas
circunstancias meteorológicas, son más estables que los globos. Si bien el
avión dejó obsoletos estos sistemas, en 1943, durante la Segunda Guerra
Mundial, los submarinos alemanes empleaban un autogiro sin motor para
observación -el observador se sentaba en el aparato y volaba al ser arrastrado
por el submarino, elevándose sobre la superficie del mar-, al que los alemanes
denominaron Focke Achgelis FA330. En esta guerra también se
emplearon cometas como blancos en prácticas de tiro y como barreras antiaéreas.
Otros usos
Otras aplicaciones de las cometas son con fines publicitarios, para
elevar carteles y anuncios, como elemento de tracción de carricoches y barcos,
para transportar los cables-guías para la construcción de puentes, elemento de
experimentación de los primeros aviones, etc.
Tipos de
cometas
Las cometas, por su número de hilos, se pueden clasificar en dos tipos:
-Cometas de un hilo o cometas estáticas:
aquellas que permanecen estables en el aire alrededor de una posición de
equilibrio. Necesitan un solo hilo para su control.
-Cometas deportivas (acrobáticas y de tracción): las que
posen más de un hilo - dos, tres y cuatro-, por medio de los cuales se puede
dirigir a la cometa en su vuelo.
Atendiendo a su forma las cometas de un solo hilo se pueden clasificar
en:
-Planas: formadas por un armazón plano recubierto con la vela,
que necesita de una cola para su estabilización
-Curvadas o de ángulo diedro: originarias de la
isla de Java, se caracterizan por no tener cola. Su estabilidad se consigue por
la forma que se produce al arquear el travesaño horizontal.
-Cometas de caja o celulares: estructuras tridimensionales
consistentes en varias cajas conectadas entre sí con los extremos abiertos.
-Semiflexibles: cometas con o sin varillas,
con una vela flexible, que adquieren su forma por la acción del viento.
-Parafoils: este tipo de cometas no necesita de ninguna varilla,
su forma y rigidez de vuelo se consiguen por medio de unas bolsas internas que
se hinchan con el viento, lo que permite obtener una forma alar de gran
estabilidad y una gran fuerza de sustentación
-Rotor: cometas que son básicamente un autogiro sin motor. Su
principio de funcionamiento se basa en que un cuerpo en rotación inmerso en una
corriente de aire, además de ser arrastrado por la misma, experimenta una
fuerza de sustentación vertical hacia arriba.
Las cometas deportivas atendiendo a su estructura pueden ser con armazón
y tipo flexibles.
Las cometas
como deporte y entretenimiento
A pesar de todo lo expuesto hasta ahora, las cometas se han usado
principalmente como útil de entretenimiento desde tiempos lejanos.
En muchos países del Asia Oriental están muy extendidos los torneos y
festivales en los que se organizan peleas de cometas, entre equipos o
individuales. La finalidad de estas peleas consiste en hacer caer o derribar la
cometa del contrincante, bien chocando o cortando su hilo. Son famosas los
combates en la India y sobre todo en Japón, en donde las cometas están
decoradas con vistosos motivos que representan los barrios de una ciudad o los
atributos de una familia.
En Occidente, aunque se ha perdido la tradición las peleas de cometas,
ha surgido otro entretenimiento. Las cometas acrobáticas son, hoy en día, un
deporte con federación y reglamentos que regulan los cientos de campeonatos y
festivales. Éstos suelen tener distintas modalidades, una individual y otra por
equipos. Los participantes ejecutan, en un tiempo determinado figuras
obligatorias y libres que son valoradas por un jurado.
El denominado free-style es una modalidad en la que el
piloto obliga a la cometa a realizar figuras libres, aprovechando que ésta se
"desventa" o "gana al viento", lo cual permite al piloto
mayor libertad en su exhibición que con las figuras más geométricas que se
incluyen en los reglamentos.
El vuelo indoor o en recintos cerrados es una modalidad
que nació en los Estados Unidos como consecuencia de los prolongados inviernos,
durante los cuales los amantes de las cometas se vieron obligados a hacerlas
volar en lugares cerrados, en espera del buen tiempo. Las cometas tienen un
peso aproximado de 57 gramos o menos, lo que permite que la cometa
"flote" por momentos durante su vuelo. Se dirigen con dos cuerdas,
cuya longitud puede variar según la altura del recinto donde se vuele. El
movimiento de los brazos de quien guía la cometa hace que ésta vuele alrededor
del que la lleva, suba, baje y haga figuras.
Las últimas aportaciones al deporte de las cometas son las "velas
de tracción", cometas de dos o cuatro hilos del tipo flexible de gran
empuje, que se emplean para arrastrar al piloto por tierra con un carro, con
esquíes en la nieve o en la arena de la playa. Otras formas de tracción son los
saltos, la navegación con tablas (fly surfing) o la natación con el
impulso de la cometa (aquaplanning), etc.
Por último, hay que comentar la importancia de ciertos festivales de
vuelo de cometas, en los que se exhiben artefactos con un solo hilo de diseño
muy elaborado. Allí, los aficionados muestran sus diseños de cometas, llenando
el cielo de color y alegría y reafirmando las palabras del anónimo maestro
chino que dijo que "las cometas son las sonrisas del cielo".