La segunda guerra fría (1975-1985)
a) La aparente ofensiva soviética: la invasión de Afganistán.
A partir de 1974 una serie de revoluciones y guerras civiles parecieron desafiar al poder estadounidense en el mundo coincidiendo con el repliegue de este país tras la derrota en Vietnam. En África, en las ex colonias portuguesas de Angola y Mozambique y en Etiopía, se instalaron regímenes prosoviéticos. En Yemen del Sur, en la península arábiga, ocurrió lo mismo. En Indochina los comunistas de Vietnam y de Laos eran prosoviéticos, mientras que los jemeres rojos (grupos comunistas) de Camboya eran prochinos. En 1978 Vietnam decidió invadir Camboya y estalló otra guerra civil en este último país. En Centroamérica la revolución sandinista se hizo con el poder en Nicaragua mientras comenzó una guerra civil en El Salvador (1979). En Asia central se impuso un Gobierno prosoviético en Afganistán en 1978.
La Unión Soviética no participó en estas revoluciones ni las alentó, pero, en la medida en que podían restar aliados a su adversario, las apoyó o convirtió en aliados a los gobiernos surgidos de ellas.
Precisamente fueron los problemas de uno de estos gobiernos, el de Afganistán, país vecino de la URSS, los que impulsaron a los soviéticos a llevar a cabo una invasión militar directa en este país, desde 1979 a 1988. La URSS, a pesar de su superioridad militar, no pudo pacificar el país ni acabar con los grupos guerrilleros, que finalmente lograron controlar Afganistán tras la retirada de las tropas soviéticas. Esta intervención (complicada después por las resistencias locales) no tenía como objetivo ampliar el poder soviético, sino impedir la expansión del fundamentalismo islámico triunfante en el vecino Irán. Este propósito no pudo cumplirse, ya que los talibanes (integristas islámicos radicales) triunfaron y gobernaron en Afganistán hasta el año 2001. En cualquier caso, la invasión soviética de este país supuso el inicio formal de lo que se conoce como segunda guerra fría.
b) La respuesta estadounidense: la política exterior de
Reagan.
Esta aparente ofensiva soviética parecía
aprovecharse de la debilidad estadounidense posterior a la
crisis económica de los años setenta y a la Guerra de
Vietnam. Fue uno de los factores que contribuyó al triunfo
electoral en EE UU del republicano Ronald Reagan en
1980. Éste, cuyo programa era muy conservador y
nacionalista, se comprometió a combatir con toda energía
el "imperio del mal", identificado con la URSS y sus
aliados, entre los que se incluía de manera un tanto forzada
a nuevos enemigos, como los integristas islámicos de Irán
y de Libia y los dirigentes nacionalistas del Caribe.
Mediante esta política exterior, EE.UU. pretendía
reafirmar su liderazgo mundial frente a todo régimen que
atentase contra sus intereses, y superar el trauma de
Vietnam y los años setenta. En los años ochenta, EE.UU. financió y armó todo tipo de
contraguerrillas ("contras"), opuestas a las tradicionales guerrillas de izquierdas, frente a
regímenes poco amistosos, en Iberoamérica, África y Asia. Se realizaron despliegues de nuevos
misiles y experimentos con armas masivas como la bomba de neutrones. EE.UU, para reafirmar
el orgullo nacional, llevó a cabo varias operaciones militares relámpago contra pequeños
países, como Granada, una pequeña isla del Caribe invadida por EE UU por su supuesto
izquierdismo en 1983; Libia, bombardeada en 1986 por considerarla responsable del terrorismo
internacional; y Panamá, invadida en 1989 para impedir un supuesto ataque contra el canal.
Pero quizá la baza maestra de Reagan fue lanzar la Guerra de las Galaxias nombre popular de
un costosísimo sistema defensivo para protegerse de los misiles soviéticos.El final de la guerra fría (1985-1991)
Texto extraído de La Guerra Fría y el mundo bipolar. Sabuco
Para comprender el tema, debes ampliar información en el libro de clase o en material de apoyo.-







